Un problema ético de máxima importancia es el de resolver acertadamente en tele-medicina el postulado deontológico que dice que "la responsabilidad deontológica no desaparece ni se diluye por el hecho de trabajar en equipo". No se han sondeado todavía todas las posibilidades de colaboración que abre la tele-medicina. En tele-medicina, el trabajo en equipo exige establecer normas muy precisas de delegación en colaboradores médicos o no médicos, algoritmos de decisión muy estructurados, fijar la cadena de responsabilidad jerárquica. ¿Cómo se reparte la responsabilidad en una operación de tele-cirugía mediada por un robot "inteligente"? ¿Es ético instalar en ellos programas de decisión que pueden contradecir una orden que se desvía del paradigma establecido por quien lo ha diseñado? (Art. 33.2, 34).


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